Una diseñadora confecciona zapatos con cuero de panza de res (callos o mondongo)!



Uno de cada tres emprendimientos en la Argentina es iniciado por mujeres y ellas son propietarias o tienen cargos gerenciales en el 50% de las pequeñas y medianas industrias, según datos del mercado.
 
Desde hace tres años, Florencia Carini viaja todos los veranos desde Santo Domingo -una localidad de 130 habitantes en el partido de Maipú-, hasta Pinamar para vender su producción de zapatos y accesorios de cuero de mondongo.




El sueño de esta diseñadora industrial, de 31 años, es crear una fábrica de calzado en su pueblo, para darle trabajo a la gente del lugar, que mayormente vive de changas o el empleo público.

La idea del negocio se le ocurrió a partir de su tesis en la Universidad de Mar del Plata, en la que tenía que investigar materiales nuevos para su producción. “Soy del campo y siempre veía cómo se desechaban las vísceras de animales. Una vez ví mates hechos con cuero de mondongo y me puse a investigar qué otros usos se le podían dar“, cuenta.


“Así presenté en mi tesis el desarrollo de varios productos, indumentaria, zapatos y accesorios. Y lo que más llamó la atención fueron los zapatos, así que decidí meterme en este rubro, completamente nuevo para mí”, agrega.

Al año siguiente de recibirse, Florencia viajó a Buenos Aires con $ 10.000 para contactar proveedores y talleres, y lanzó su primera colección. “Al principio, fue difícil conseguir talleres dispuestos a trabajar este material y con muy poco volumen. Mi objetivo es dejar de tercerizar la producción para fabricar el calzado y otros accesorios en mi pueblo, capacitando a la gente del lugar”, dice Florencia.


La emprendedora obtuvo un crédito de honor por $ 60.000 del programa Capital Semilla de la Sepyme, para máquinas e insumos.


Por el momento, la marca Visceral se vende en ferias y tiendas de diseño en Buenos Aires y localidades turísticas. A través de Facebook e Internet, las clientas pueden hacer pedidos que son entregados por correo.


“Mis productos están orientados a la mujer, pero también hago algunos accesorios para hombre. En un futuro, quiero incorporar otros materiales, siempre en el campo del diseño sustentable. Ya hice una experiencia con artesanas de mi pueblo que hacen tejidos de lana natural en telar, y también confecciomos prendas con algodón reciclado”, cuenta.

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